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El arte de Castilla y León aflora en salas de subastas

El arte de Castilla y León aflora en salas de subastas

La urgencia de vender por la crisis y cambios generacionales avivan el mercado sacando a la luz pinturas, esculturas, muebles o monedas a precios inimaginables hace unos años. Coleccionistas, museos e inversores extranjeros echan la red en busca de joyas.


El mercado del arte bulle. Las casas de subastas están sacando al mercado piezas cuya venta habría causado gran sorpresa hace unos años. Ahora es posible hacerse con un óleo del siglo XVIII por 3.500 euros, por 1.500 con una talla en madera policromada del siglo XIII o adquirir una cómoda del siglo XIX por 600 euros. Los catálogos de las salas de subastas están repletos de esculturas, pinturas, muebles y monedas antiguas que particulares sacan a la venta en busca del mejor postor. En esos lotes abundan cientos de piezas con origen en Castilla y León, muchas de ellas salidas ahora a la luz por la urgencia de dinero de sus propietarios o porque en manos de sus herederos han perdido el apego sentimental que les profesaban sus antiguos dueños.


La recesión económica y el cambio de hábitos han hecho bajar del pedestal a una parte del mercado del arte que se mueve en España. «En estos tiempos se han ajustado los precios», aprecia Belén Puente, de la madrileña sala de subastas Ansorena. «Además, ahora el comprador se mueve en una amplia horquilla en la que puede encontrar desde un grabado de Tàpies por 300 euros hasta un bodegón del siglo XVIII de 200.000 euros. Hay auténticas joyas a precios atractivos», certifica.


En la sala de subastas Goya, también en Madrid, ofrecen una pareja de evangelistas en madera tallada, procedente de Castilla y datada en el siglo XIV con precio de salida de 800 euros. Al final se vendió en 1.700, apunta Carmen Galbis. «Los precios han bajado, aunque no es así si hablamos de pintores de nombre consolidado, que son los que las grandes fortunas siguen buscando; en noviembre vendimos un Francis Picabia por 675.000 euros».


En la sala Ansorena se subastan todos los meses unos 1.200 lotes de piezas. Desde esta firma Belén Puente asegura que aunque el precio de las obras importantes no ha caído «se han ajustado los precios de salida en el resto; es el momento ideal para comprar arte porque se están dando precios muy competitivos».


En los museos están al tanto de las oportunidades que van saliendo y siguen los pasos de obras que en otro tiempo estaban fuera del alcance de sus presupuestos. Manuel Arias, subdirector del Museo Nacional de Escultura, sabe que la época de crisis propicia que algunos propietarios se deshagan de obras de arte. «La cuestión –matiza– es que las instituciones tengan recursos para poder comprar; en ciertos casos, sobre todo en piezas secundarias, se aprecia la caída de precios, pero las de calidad excelente siguen valiendo mucho dinero, sobre todo aquellas que se pueden rastrear, están documentadas y tienen una autoría certera». En el Nacional de Escultura siguen el rastro de lo que va aflorando en el mercado. «Es que el museo para serlo tiene que adquirir obra; además de divulgar e investigar, es la manera de seguir creciendo», anota.


El 90% de las esculturas, pinturas, muebles y joyas que recalan en la casa Balclis de Barcelona para ser subastadas proceden de lo que uno de sus responsables, Enric Carranco, denomina cambios generacionales. «Llegan aquí tras tras el fallecimiento de sus propietarios porque las piezas no se pueden repartir o porque los hijos heredan una colección pero no el gusto por ella. También llegan obras por el cambio de vida de sus dueños: muchos de ellos al hacerse mayores han tenido que retirarse a una residencia o a una vivienda de copropiedad y pasan de vivir en una casa grande a un piso de 50 metros donde no hay espacio para la misma decoración. Antes, todo mueble heredado tenía su rincón y ahora no es así, más de tres cosas estorban, observamos un cambio de paradigma que repercute en el mercado».


Considera Enric Carretero que la crisis obliga a ciertos clientes a vender objetos de colección por debajo del coste o a regañadientes, y a otros, a dejar de comprar. «Pero esos clientes han sido sustituidos por otros, el mercado sigue adelante y los precios... pues depende del producto, los de calidad y demanda internacional están subiendo». En este grupo incluye joyas anteriores al siglo XVIII, el diamante o la pintura de artistas españoles con proyección internacional.


Demanda china y rusa.

Las salas detectan una demanda de cliente de perfil internacional con Rusia y China como potencias emergentes en adquisición de arte. De hecho, hay piezas que se ofrecen en los catálogos que la Junta de Calificaciones del Ministerio de Cultura designa como inexportables para evitar que salgan de España. Y es que hay sectores, como el de la numismática, en el que el grueso de la demanda procede del extranjero.


En el mundo numismático Rusia, China, Japón y EE UU son los principales demandantes. «La moneda española se considera antecedente del dólar y nuestras piezas son las más coleccionadas del mundo. Durante mucho tiempo España fue un imperio con cecas en un montón de países y eso se nota», reseña María Teresa Sisó, administradora de Áureo &Calicó, con sede en Barcelona. «El 90% de nuestros clientes son extranjeros, la próxima generación lo tendrá muy difícil para encontrar monedas de aquí, es un mercado muy selecto, que exige que las piezas estén en un estado de conservación excepcional». Apunta también que el coleccionista de clase media ha desaparecido. «El dentista, el dueño de un bar, o el trabajador que recopilaba monedas se ha esfumado porque ha perdido poder adquisitivo, ya no se puede permitir reunir moneda antigua», dice en tono de lamento.


José Pedro Bailén, dirige la Asociación Española de Salas de Subastas de Arte y Coleccionables. El contacto entre sus asociados le lleva a constatar que están saliendo a la venta más piezas en estos tiempos. «Aquellos objetos que en las familias era tradición que se heredasen de padres a hijos y se le daba un valor enorme, hoy día los herederos se deshacen de ellos».


Jesús Urrea, director del Museo de la Universidad de Valladolid (Muva), estima que en la actualidad hay oportunidades para gente interesada en comprar como inversión o por disfrute. «Podría ser un buen momento para comprar cosas interesantes... si tienes dinero», matiza. En Madrid y Barcelona se concentran la mayor parte de las salas de subasta de España, buena parte de ellas con la mirada puesta en los clientes extranjeros, que ahora mismo tienen una disponibilidad económica que muchos compradores nacionales han perdido para acudir a las pujas.


Fuente El Norte de Castilla (JESÚS BOMBÍN | VALLADOLID): El arte de Castilla y León aflora en salas de subastas...
Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: El Norte de Castilla (JESÚS BOMBÍN | VALLADOLID) | Fecha: 17/06/2014 | Ver todas las noticias



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